El Salmo 130 es una joya …

Los Salmos, como el Sal 130 testifican que la confesión del pecado forma parte de nuestro culto a Dios.

El Apóstol Juan al escribir a la iglesia en 1 Jn 1.5 dice, “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.”

Este es una manera poética para decir que Dios es Santo.

Luego en 1 Jn 1.6-7 dice en unas palabras que como Dios es santo debemos reflejar su santidad en la manera que vivimos.

Según el evangelio de Jesucristo, somos santificados en Cristo.

1 Co 1.30 dice, Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios -… santificación.”

Sin embargo somos propensos a pecar contra Dios.

Por eso Juan sigue diciendo en 1 Jn 1.8, “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.”

Somos también, a nuestra vergüenza, propensos a acusar a otros de sus pecados antes de ver nuestros propios pecados.

Conocemos la historia de la mujer adúltera en Juan 8.1-11. Jesús dijo a los escribas y los fariseos, “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella” (v.7).

En el Sal 130.3 el Salmista pregunta a Yahvé, “Yahvé, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse?”

Pues, en 1 Jn 1.9 el Apóstol sigue diciendo, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecado, y limpiarnos de toda maldad.”

Lutero caracterizaba la vida del creyente como una vida de arrepentimiento.

La confesión del pecado forma parte de nuestro culto a Dios.

Lo vemos en el clamor del Salmista. El Salmista dice el mismo en el Sal 130.3-4, “Yahvé, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado.”

Así que según el NT entendemos que Sal 130 se cumple en Cristo. El Salmista espera al Cristo y llama a Israel que espere a Cristo.

Fijémonos ahora en el Sal 130.1-8. “De lo profundo …” el Salmista era consciente que necesitaba más que una reforma por fuera; más que un cambio de su comportamiento. El Salmista sabía que su pecado tenía que ver con su corazón.

La palabra, “súplica” en el v.2 no refiere a peticiones. Literalmente la palabra quiere decir, “clamor por misericordia.” Vemos en el v.3 que el Salmista pide por el perdón. Así que el Salmista clama por misericordia porque quería que Dios limpiara su corazón.

En los vv.5-6 el Salmista expresa su confianza en que Dios le perdonará. Dios siempre ha prometido su misericordia y perdón en los profetas.

Yahvé proclamó a su nombre a Moisés en Éx 34.6-7, “Y pasando Yahvé por delante de él proclamó: ¡Yahvé! ¡Yahvé! fuerte, misericordioso y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado.”

Y proclamó el profeta Isaías en Isa 55.7, “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Yahvé, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”

Así que cuando la confesión del pecado es acompañada con la confianza en Dios, es un gran estimulo y consuelo para el alma.

Las palabras “Esperé … esperó …he esperado … espera …” implica una segura expectación. El Salmista no espera por si acaso Dios sea misericordioso. Al contrario, ya ha recibido el perdón y expresa la idea de que sigue siendo confiado en la misericordia de Dios.

El Salmista no ponía su confianza en un sentimiento sino en la promesa de Dios. “En su palabra he esperado” (v.5). Así que el Apóstol Juan puede decir con seguridad en 1 Jn 1.9, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecado, y limpiarnos de toda maldad.”

En el Sal 130.6 el Salmista da un fuerte cuadro de la expectación y confianza en el perdón de Dios. Después de la noche el sol saldrá. Habiendo conocido el perdón de Dios, el Salmista quiere que todo el pueblo de Dios conozca su perdón.

El Salmo 130.7 nos testifica de nuestra misión a proclamar el evangelio de Jesucristo para que otros pueden conocer la salvación de Dios. El Salmo 130.7-8 nos testifica también que el evangelio es para la iglesia. “Espere Israel a Yahvé, porque en Yahvé hay misericordia, y abundante redención con él.”

El evangelio no es solamente para los no creyentes. Es también para la iglesia. Ro 5.20-21 dice, “Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase: mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.”

Este es las buenas nuevas que la nueva iniciativa de la iglesia protestante en El Ensanche de Vallecas anuncia a todo hombre y mujer; niño y niña.  El mensaje que Jesucristo es el Hijo de Dios que vino para identificarse con los que le aman y para dar su vida en rescate de muchos.

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El Salmo 126 es una joya …

El Salmo 126 celebra la expectación de la restauración del pueblo de Yahvé después de su cautividad en Babilonia.

El sufrimiento en la vida de una congregación o en nuestra vida personal nos ayuda apreciar el Salmo 126. El sufrimiento nos viene de varias maneras. cambia una congregación. Nos hace crecer como individuos.

El Señor es fiel y siempre muestra su bondad y su misericordia para con su iglesia y sus hijos durante los tiempos de aflicción. Somos más fuertes por causa de su obra en nosotros.

Pues, el Salmo 126 trasmite la maravilla que sentía Judá mientras esperaban su restauración después de su cautividad. Cuando las Escrituras hablan de la restauración implica también la redención del pecado (Isa 43.1-7). Así que, cuando hablamos de la restauración, también hablamos de la redención del pecado.

No todo el remanente que estaba en Babilonia podía regresar a Jerusalén. Los judíos sufrían en su cautividad. Habían perdido mucho. No todos regresaron con el primer remanente que volvió a Jerusalén. Como individuas habían crecido. El Señor había sido fiel y había mostrado su bondad y misericordia para con su pueblo durante todo el tiempo de su cautividad. Eran más fuertes por causa de su obra en ellos.

El Salmo 126 comienza con regocijo en los vv.1-3 y termina con regocijo en los vv.5-6.

Así que el Salmo se divide en tres partes.

A1 Regocijo por la restauración, vv.1-3

B Una breve oración, v.4

A2 Regocijo de nuevo por la restauración, vv.5-6

Existen unas diferencias entre las varias traducciones en cuanto si los verbos en los vv.1-2 están en el futuro como en el caso de la RV o si están en el pasado según otras versiones. Si los verbos en los vv.3-6 están en el pasado como en el caso de la RV o si están en el presente según otras versiones. No importa realmente si los verbos están en presente o pasado porque igualmente trasmiten la maravilla y la alegría que tenía el Salmista.

Yahvé había hecho grandes cosas con su pueblo, vv.2b-3, y son el motivo para alabar a su nombre. Las promesas de Yahvé a su pueblo que iba a restaurarle después de su cautividad fortalecían la fe y la esperanzas de los fieles cuando estaban en adversidad, cuando habían perdido todo, y cuando estaban angustiados en Babilonia.

Por ejemplo, el lamento en el Salmo 137.1-4 cuenta que allí junto a los ríos de Babilonia, sentaban y lloraban a la memoria de Jerusalén. Y no podían cantar en la tierra de extraños. Sin embargo, en Sal 126 su boca se llenó de risa y su lengua de alabanza. El Salmo trasmite la inmensidad de la maravilla de lo que Yahvé había hecho con su pueblo (v.2b-3). Se ve el regocijo del Salmista desde el primer versículo hasta el último (vv.1, 6). La certeza de que Yahvé iba a restaurar a su pueblo después de su cautividad fortalecía la fe y la esperanza de los fieles.

Soñaban del regreso y de su redención porque Yahvé lo había prometido por sus profetas. Antes de recordar la promesa que Yahvé había dado por sus profetas, vamos a mirar algunos detalles del Salmo.

La restauración del pueblo aquí refiere a personas y no a un lugar:…. la cautividad de Sion y no a Sion, v.1 a; Seremos, v.1b…. con nosotros; v.3a Estaremos alegres; v.3b…. nuestra cautividad; v4a Los que sembraron …. segarán; v.5…. el que; y v.6 Es Yahvé quien actúa y da.

El pueblo recibe de Yahvé cuando YHVH hiciere …. v.1 Grandes cosas ha hecho Yahvé …. vv.4b-3a. Luego la restauración del pueblo iba a ser un testimonio a las naciones, v.3. El Salmista habla de la restauración en términos de sembrar la semilla y segar la cosecha, vv.5-6. Implica abundancia de regocijo cuando dice en el v.6, “Mas …”

La certeza de que Yahvé iba a restaurar a su pueblo después de su cautividad fortalecía la fe y la esperanza de los fieles.

Isa 40.1-2 – Yahvé consuela a Judá y promete su futura redención

Ez 36.24 – Yahvé promete que recogerá su pueble de entre las naciones

Ez 37.1-14 – Yahvé de manera visual promete la redención de su pueblo

Isa 54.4-8 – Yahvé promete que recogerá y redimirá a su pueblo después de su cautividad

Isa 52.8-10 – Yahvé promete la alegría y el regocijo de su pueblo cuando él los restaurarás después de su cautividad.

La manifestación del poder de Yahvé en la restauración de su remanente después de su cautividad en Babilonia fue un precursor del mayor demostración de su poder en la obra de su Hijo Jesucristo. La restauración que los cautivos esperaban tendrá su cumplimiento más plena en Cristo (Ef 1.3-10).

Fijémonos en el Sal 126.4. En el v.4 el Salmista ofrece una breve oración pidiendo a Yahvé por un mayor rescate de su pueblo. En el contexto de la historia de redención que encontramos en las Escrituras, el Salmista oraba por un regreso mayor de lo que había pasado en el primer regreso de Babilonia a Jerusalén. La historia muestra que el regreso de los judíos después de su cautividad no fue muy grande. Sin embargo, fue un precursor de la restauración mucho mayor que hay en Cristo y que anunciamos en el evangelio.

Así predicó el Apóstol Pedro en Hch 3.19-21. Así que cuando los Apóstoles preguntaron a Jesús acerca de la restauración de Israel en Hch 1 la respuesta del Señor fue, «Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hch 1.6-8).

Entonces entendemos que la restauración consiste de la proclamación del evangelio entre las naciones e incluye la incorporación de los gentiles en las promesas dadas a Israel (Hch 15.15-18).

La breve oración del Salmista en Sal 126.4 ahora se amplia para incluir las naciones. Así dice Jesús en Lc 10.1-2 . Ahora, la iglesia espera la consumación de su restauración cuando venga Jesucristo al final de los tiempos cuando Dios establecerá el cielo nuevo y la tierra nueva (Ap 21.1-4). Pablo oró así en 1 Tes 5.23.

En aplicación que cada ves que nos reunimos como la iglesia que nos recuerde de la expectación de la promesa de la venida del Señor cuando será consumada nuestra salvación. Que la promesa de su venida sea lo que nos fortalece en la fe y la esperanza tanto en los tiempos buenos como también en los tiempos malos. Que sea también el motivo de rogar al Señor de los mies que envié obreros a su mies.

Este es las buenas nuevas que la nueva iniciativa de la iglesia protestante en El Ensanche de Vallecas anuncia a todo hombre y mujer; niño y niña.  El mensaje que Jesucristo es el Hijo de Dios que vino para identificarse con los que le aman y para dar su vida en rescate de muchos.

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El Salmo 125 es una joya …

Si estuviéramos entre los que subieron a Jerusalén en los tiempos pasados, hubiéramos cantado de nuestras angustias y aflicciones en el Sal 122. Hubiéramos cantado de nuestro socorro en el Señor en el Sal 121; de nuestra alegría en congregarnos en el templo; y de las misericordias del Señor en los Sa 123 y 124.

En todo nuestro dolor y tristeza, en nuestro gozo y alegría confesamos que nuestro socorro siempre está en el nombre del Señor. A lado de los fieles en el Señor hubiéramos sido conscientes que los figuras de que cantábamos expresaban realidades espirituales.

Pues, el Salmo 125 es como los Salmos anteriors. Está lleno de figuras que expresan realidades espirituales. Los que confían en Dios son comparados al monte de Sion, v.1.2. Los montes alrededor de Jerusalén son comparados a Dios alrededor de su pueblo, v.2. Juntos estas comparaciones dan el cuadro de la seguridad y esperanza.

Luego vemos una figura en el v.3 que puede ser más difícil entender. Obviamente la primera palabra en el v.3 marca una nueva división en el Salmo. La palabra “porque” indica una razón por lo que dice los versículos 1-2. Luego tenemos las figuras de “la vara de la impiedad” y de “la heredad de los justos.”

La “vara de la impiedad” refiere al cetro de las naciones paganas que gobernaban sobre “la heredad de los justos,” es decir la tierra de Canaan desde antes de la cautividad: Asiria, Babilonia, Persia, Grecia, y luego los Romanos gobernaban Canaan a lo largo de la historia de Israel. Es precisamente el cuadro de la opresión de los justos por los poderes de impiedad que forma parte del centro del Salmo 125 que provoca una reflexión.

La realidad es que los que confían en Dios sufren el mal igual como los que no confían en Dios. La iglesia vive en el mismo mundo que los que no creen en Dios, y a veces Dios permite que sus hijos sufren la aflicción, la tristeza, la escasez, y mucho más que estos como los que niegan a creer sufren. Incluso Dios a veces le permite que la iglesia sufren más que ellos.

Por ejemplo el Sal 123.4 dice, «Hastiada está nuestra alma Del escarnio de los que están en holgura, Y del menosprecio de los soberbios.» o Zac 1.11-12 que dice, «Y ellos hablaron a aquel ángel de Yahvé que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y quieta. Respondió el ángel de Yahvé y dijo: Oh Yahvé de los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén, y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado por espacio de setenta años?»

Así que, ¿qué ventaja hay en confiar en Dios? Pues, el Salmo 125 nos da la respuesta. El Salmo 125 nos fortalece en la esperanza cuando la noche dura y tarda el amanecer. El Salmo 125 llama nuestra atención a dos temas: 1) la providencia de Dios; es decir su soberanía, 2) y el recuerdo de que Dios hace una diferencia entre su hijos y los incrédulos para fortalecer a su pueblo en la esperanza y la adoración de su nombre.

La estructura del Salmo destaca el tema central de la seguridad.

A1 La seguridad de los justos; asegurado por el Señor, vv.1-2

B1 La promesa que afirmar la seguridad de los justos, v.3

B2 La suplica de los justos afirma su seguridad , v.4

A2 La seguridad de los justos; asegurado por el destinos de los perversos, v.5

Los peregrinos, al comenzar su camino a Jerusalén para subir al templo, ya había cantado de los montes que podían ver alrededor de Jerusalén en el Salmo 121.1. Los montes eran donde los hombres edificaron los lugares altos. Estos lugares altos eran altares donde sacrificaron a dioses extraños; a Baal y los dioses de las naciones. A lo mejor los montes presentaban una alternativa para los peregrinos que subieron a Jerusalén para adorar al Señor. Pero el justo respondía antes tales alternativas así en Sal 121.2, «Mi socorro viene de Yahvé, Que hizo los cielos y la tierra.»

Ahora, en Sal 125 los montes alrededor de Jerusalén crean un cuadro diferente que los montes mencionados en el Sal 121. Ahora crean el cuadro de seguridad en el corazón del peregrino en su camino a adorar al Señor en Jerusalén. El monte de Sion, que es el monte del templo, tenían montes alrededor de el. Y estos montes llevaban al peregrino a recordar que “Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Yahvé está alrededor de su pueblo.”

Los comentaristas dan la posibilidad de que el Salmo 125 fue escrito durante o incluso después de la cautividad en Babilonia. Así que aunque los que salieron de Babilonia habían sufrido mucho, y aunque habían sido expuestos a los mismos peligros que los impíos mientras que vivían en el mundo, cantaban de la fuerte baluarte de Dios que les rodeaba.

Recordamos el Sal 124.1-3 que dice, «A no haber estado Yahvé por nosotros, Diga ahora Israel; A no haber estado Yahvé por nosotros, Cuando se levantaron contra nosotros los hombres, Vivos nos habrían tragado entonces, Cuando se encendió su furor contra nosotros.» Eran también conscientes de sus debilidades, por ejemplo el Sal 125.3 dice, «Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la heredad de los justos; No sea que extiendan los justos sus manos a la iniquidad.»

El recuerdo de su fragilidad les ayudaba fortalecer su corazón para adorar al Señor, y no les impidió. No nos impide tampoco porque como los peregrinos que salieron de la cautividad, tenemos el mismo Señor como un fuerte baluarte; una defensa segura contra el enemigo. El recuerdo del destino de los que se apartan tras sus perversidades les aseguraba también en la seguridad del protección del Señor y les ayudaban a adorar a Dios, (véase el v.5).

Los Apóstoles también recordaban a la iglesia del destino de los impíos para fortalecer a la iglesia en la seguridad de su rescate y salvación (véase 2 Tes 1.3-10). Así que el recuerdo del cuidado particular del Señor en medio de las aflicciones y el recuerdo del destino de los que niegan a Dios nos fortalece en la fe y nos ayuda adorar al Señor y Salvador Jesucristo.

Vemos el mismo contraste entre los justos y los impíos en el Sal 1.5-6. 1 Co 1.2 describe a la iglesia como los que han sido santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo. En Sal 125.1 estos santos son comparados al Monte de Sion. Enfatiza la seguridad que tienen en el Señor. “Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Yahvé está alrededor de su pueblo.”

Aunque los santos viven a lado de los que niegan a Cristo y a veces sufren igual que ellos, su seguridad es asegurada bajo el fuerte baluarte de Dios. Cuando dice, “desde ahora y para siempre,” destacan que Dios asegura la seguridad de su iglesia eternamente y para siempre. No existe un solo instante en que Dios no está alrededor de su pueblo. En medio de un mundo caído y lleno de peligros, Dios es poderoso para proteger a sus hijos sin caída (Jud 24-25).

Dios es nuestro fuerte defensor en medio de las diversas pruebas de la vida. Hay otro contraste entre los vv.1-2 y el v.5 que ayuda fortalecer el corazón. El v.1 dice, “Los que confían en Yahvé son como el Monte de Sion. Y el v.5 dice, “Mas a los que se aparten tras sus perversidades, Yahvé llevará con los que hace iniquidad.» Pues, vemos la importancia de la fe.

Sin embargo, ¿Cómo podemos asegurarnos que no vamos a ser como los que se apartan tras sus perversidades? Las Escrituras son bastante claras que la fe del creyente no es un resultado de un esfuerzo de la voluntad ni de la mente. Como somos de carne, nuestra voluntad y nuestra mente tienen que recibir alguna influencia para que creamos o para que se apartemos del Señor.

La oración de Agustín de Hippo: Manda y ordena lo que quieras lo dice así … «Señor, tú que nos diste el que te encontráramos y el ánimo para seguir buscándote,  no nos abandones al cansancio ni a la desesperanza.  Haznos buscarte siempre y cada vez con más ardor.  Y danos fuerzas para adelantar en la búsqueda. Manda y ordena lo que quieras,  pero limpia mis oídos para que escuchen tu voz.  Sana y abre mis ojos  para que descubran tus indicaciones.  Aparta de mí toda ignorancia  para que reconozca tus caminos.  Dime a dónde debo dirigir la mirada para verte a ti,  y así poder cumplir lo que te agrada.»

Evidentemente el Salmista también pide al Señor que mande y ordene lo que quiera en el v.4. El Apóstol Juan creía que era Jesucristo que sostiene el creyente en la fe en 1 Jn 5.18-20. En el contexto de 1 Jn, el pecado a que refiere a lo largo de su carta es el persistir en el pecado (véase 1 Jn 3.7-8, 9-10). Así que es Jesucristo que guarda el creyente de la incredulidad. Es decir, de persistir al negar al Señor en su corazón por la manera que vive, v.18. Y el mundo entero está bajo el maligno menso los que son de Dios, v.19. Dios es el que puso el creyente en su hijo Jesucristo según el v.20.

Así que, el Salmista canta de la seguridad que Dios le ha dado. Y ahora tenemos una seguridad todavía más firme en la persona Jesucristo. Así que hemos visto que la seguridad en medio de las pruebas es asegurada para el que confía en Dios y por el hecho de que Dios hace una distinción entre sus hijos y los que se aparten de Él y persiste en negarle a Él por la manera que viven.(Sal 125).

También vemos en los vv..3-4 que la promesa de Dios y la oración aseguran y fortalecen a los santos de la protección de Dios en medio de la aflicción. La promesa en el v.3 es que cuando Dios es el eterno baluarte de su pueblo, Dios se promete poner un limite al tiempo de la adversidad, para que no extienden los justos sus manos a la iniquidad, v.3b. Dios promete poner un limite a la prueba y también promete a sostener a su hijo en la prueba (véase 1 Co 10.12-13). El v.3 nos enseña también que tanto el más fuerte, el más disciplinado, el más formado en la fe como el mas débil en la fe correr el peligro de caer cuando pasan por un prueba de la fe. Los mejores hombres siguen siendo hombres.

Nadie posee en sí mismo suficiente fuerza para perseverar baja la prueba menos que el Señor le sostenga en la prueba. Gracias a Dios por 1 Tes 5.9 que dice, «Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.»

Sin embargo, por la debilidad de la carne, las promesas de Dios deben ser acompañadas con la oración, Sal 125.4. Si la promesa de Dios afirma la seguridad de los justos cuando pasan por las pruebas de la vida en el v.3, la oración según las promesas de Dios afirma la seguridad del justo según el v.4. En las Escrituras las promesas y la oración van a mano. Cuando el Apóstol Pedro quería exhortar a la iglesia en la gracia de Dios cuando estaba sufriendo por su fe en Cristo, oraba por la iglesia en 1 Ped 1.3-21.

Así que nuestra seguridad en el evangelio en medio de las pruebas es asegurada por el Señor y por el hecho de que Dios hace una distinción entre sus hijos y los que se aparten de Él y persiste en negarle a Él en la manera que viven , vv.1-2, 5. Y es asegurada también por las promesas de Dios y la oración, vv.3-4.

Gracias a Dios por ser nuestro firme baluarte.

Este es las buenas nuevas que la nueva iniciativa de la iglesia protestante en El Ensanche de Vallecas anuncia a todo hombre y mujer; niño y niña.  El mensaje que Jesucristo es el Hijo de Dios que vino para identificarse con los que le aman y para dar su vida en rescate de muchos.

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El Salmo 124 es una joya …

La segunda Estrofa del himno: Señor, mi Redentor y Roca va así: Señor, mi Redentor y RocaDe mi vida fuerte defensorSeñor, Tú eres mi espadaContra el mal, mi escudo protector Mi canción si acechan enemigos Esperanza en medio del dolorMi bien en todo sufrimiento Refugio fiel en densa oscuridad.

Himnos como este nos emocionan porque tienen por lo menso dos afectos sobre nosotros: nos traen a la memoria cuantos veces hemos visto la salvación del Señor en la vida; tanto como individuos como la iglesia, y nos entran hasta el más profundo de nuestro ser; hasta nuestra alma; y estimulan en nosotros una variedad de sentimientos; alegría, lagrimas, valentía en el Señor, y muchos más; y preparan nuestro corazón para adorar al Señor.

Pues, creo que el Salmo 124 tuvo el mismo afecto sobre Israel cuando las tribus subieron a Jerusalén para adorar a YHVH. Y tuvo el mismo afecto sobre los que estuvieron en cautividad después.

La confesión de confianza en el v.8 expresa una orientación hacia el futuro a la luz de la pasada aflicción y salvación que YHVH ha provisto y que los vv.1-7 anuncian. La iglesia suelen expresar la misma confesión los domingos.“¡Nuestro socorro esta en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra!” Tal confesión nos hace recordar las dificultades y aflicciones y nos dar la perspectiva bíblica mientras que pasamos por ellas.

Nuestro socorro esta en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. El Creador de los cielos y la tierra tiene el poder para venir al socorro de sus hijos cualquiera sean sus circunstancias. El recuerdo de nuestras aflicciones y las tantas veces que hemos visto la salvación del Señor en ellas, nos ayuda preparar nuestro corazón para adorar a su nombre. Nos lleva a la confesión …Nuestro socorro esta en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Cuando Pablo se acordó de sus tribulaciones y el consuelo que el Señor le dio, confesaba en 2 Co 1.8-10, «Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte;»

Miramos ahora en Sal 124.1-2 donde el Salmista canta una afirmación de la ayuda de YHVH. La repetición de las palabras, “A no haber estado YHVH por nosotros,” presenta una situación hipotética. Por supuesto YHVH estaba siempre por su pueblo. (Abraham, en el desierto, al entrar en la tierra prometida, los jueces, David, contra Asiria …) Por esto no les habían tragado entonces sus enemigos, ni les habían inundado las aguas (cp Isa 43.1-2). A lo mejor la respuesta a las palabras, “Diga ahora Israel” es la confesión en el v.8.3. El hecho de que YHVH por su gracia vino al rescate de su pueblo, estimula en Israel la confesión de confianza y adoración en el v.8.

Entonces la afirmación de la ayuda de YHVH en los vv.1-2, lleva el Salmista a cantar de dos ilustraciones y el recuerdo de la salvación de YHVH en los momentos más difíciles en los vv.3-5. El vocabulario y las ilustraciones dadas en los vv.3-5 hacen que la sensación del rescate de YHVH sea más gráfica más viva. Las ilustraciones destacan la idea de que los ataques tuvieron la intención de destruir la nación de Israel. Los ataques contra la iglesia tienen también la intención de destruir la iglesia y la fe de los santos (véase He 10.32-39).

Así que en los vv.1-2 el Salmista canta de la ayuda de YHVH. En los vv.3-5 canta de los recuerdos de las aflicciones en las que YHVH salvó a su pueblo. Luego en los vv.6-7 el recuerdo de la salvación que YHVH en su gracia llevó a su pueblo, resulta en alabanza y la acción de gracias.

La respuesta correcta a nuestras aflicciones por las que pasamos es alabanza. La repetición del verbo “escapar” enfatiza la realidad de que YHVH vino al rescate de su pueblo en todos los ataques de sus enemigos. Así que cuando recordamos nuestras aflicciones y cómo Dios siempre nos había ayudo, cantamos unánimes: ¡Nuestro socorro está en el nombre del SEÑOR, que hizo el cielo y la tierra.

El recuerdo de tales momentos ayuda preparar el corazón para dar culto a Dios. Y ahora tenemos la ayuda de Dios en su hijo Jesucristo a quien el Padre designó a ser nuestro Sumo Sacerdote. Jesús, Dios-Hombre, se identificó con nuestra humanidad para que como dice el autor de Hebreos en He 4.14-15, «Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 15Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.»

Este es las buenas nuevas que la nueva iniciativa de la iglesia protestante en El Ensanche de Vallecas anuncia a todo hombre y mujer; niño y niña.  El mensaje que Jesucristo es el Hijo de Dios que vino para identificarse con los que le aman y para dar su vida en rescate de muchos.

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El Salmo 122 es una joya …

¿De dónde viene la alegría? ¿Cómo podemos encontrar el gozo en medio de las dificultades? ¿Cómo podemos resistir la tendencia al dejar que los altibajos por los que pasamos de día a día nos roben del contentamiento?

El insomnio, el enfadado, la incertidumbre de cómo conducir la vida cuando todo nos parece en contra, la lucha para mantenerse optimista …

La monotonía y la falta de variedad que produce el aburrimiento y cansancio pueden quitar la alegría y el gozo. Una rutina monótona y un horario que se repite todos los días pueden dejarnos indiferente. No queremos que estos altibajos y los sentimientos nos quiten nuestro gozo desde el más joven hasta el menos joven.

El Salmo 122 es un himno de ascenso gradual. Los Salmos de acenso servían para ayudar a Israel preparar el corazón para alabar al Señor. Mientras que las tribus de todas partes de Israel subieron a Jerusalén para celebrar los varios días festivos durante el año, cantaban estos himnos para preparar su corazón para alabar el nombre del Señor en el templo.

Años más tarde, estos Salmos también ayudaban al remanente de Judá, durante los años de su cautividad en Babilonia. La memoria que tenían la gente mayor de los tiempos pasados cuando subieron con sus familiares al templo para adorar al Señor les habría traído nuevo gozo en medio de su cautividad.

Pues, para los cautivos en Babilonia, el templo y la ciudad estaban en escombros. Fueron destruidos el día en que Babilonia llevó a Judá y a Jerusalén a la cautividad. El himno del Salmo 122 les ayudaba levantar sus ojos de sus circunstancias y edificar su gozo encima de un fundamento firme.

En Dt 12.4-14 Dios habló a Moisés acerca de un lugar donde las tribus de Israel podrían subir y adorar a su nombre. Podemos ver la importancia que Jerusalén tuvo para la fe de Israel y como Jerusalén fue el fundamento de su regocijo. También a la luz del evangelio la singularidad del lugar nos hace pensar en la singularidad de Jesús (Jn 14.6)

Luego en 2 S 6.12-23 leemos que David llevó el arca de YHVH a Jerusalén y en el siguiente capítulo en 2 S 7.16 Dios confirmó su pacto con David. Cuando David llevó el arca de YHVH a Jerusalén y YHVH hizo pacto con él y su descendencia, ocurrió un evento muy importante tanto para Israel en aquel entonces como para nosotros hoy.

Se unieron el trono de David con el trono de YHVH. Así que Jerusalén y el templo ocuparon una identidad singular y apuntaba al trono del Mesías. Así Jesús pudo decir a los discípulos en el camino a Emaús en Lc 24.44, “Que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos.”

Nuestra salvación depende de que nuestra fe está fundada sobre un fundamento firme. YHVH mostró a Israel al Cristo bajo símbolos y figuras. El templo en Jerusalén servía a Israel durante el reino de David y también al remanente de Judá cuando todos sufrían la cautividad en Babilonia para mantener su fe en YHVH y últimamente en el Mesías que YHVH prometió que enviara.

Así que Salmo 122 es un himno que nos recuerda que Dios mismo asegura nuestra alegría. El Salmo 122 servía para fortalecer los corazones y la fe de los judíos y sirve a nosotros así también. Salmo 122 da el fundamento que garantiza la alegría de su pueblo.

La primera pregunta en El Catecismo de Westminster es la siguiente:¿Cuál es el fin principal del hombre? Y su respuesta es: El fin principal del hombre es el de glorificar a Dios, y gozar de él para siempre.

En los vv.1-2 podemos oír la alegría del salmista y a lo mejor también podemos sentirla en nosotros mismos.“Yo me alegré … Nuestros pies estuvieron …” El destino, la casa de YHVH, el templo, llenó el corazón del peregrino con alegría. El nombre de Jerusalén significa “fundamento de paz” y en el Salmo 122 el Salmista hace un tipo de juego de palabras con el nombre de la ciudad donde está también el templo.

Obviamente el Salmista expresa su gozo, su contentamiento cuando recordaba al culto corporal de la congregación en el templo. Había cruzado quizá mucho distancia para llegar. El camino había sido duro y también las pruebas sino que cuando recordaba el fundamento de su fe se alegraba estar dentro de las puertas de Jerusalén. A lo mejor el uso del pasado expresa recuerdos de días pasados. A lo mejor podemos identificar con el Salmo 122 cuando recordamos como nuestros pies estuvieron dentro del culto de a iglesia y adoramos juntos. Que no perdamos la ilusión de reunirnos como la congregación del Señor y estar juntos para dar culto al Señor.

Un detalle que vemos en estos primeros versículos es que para el Salmista puede decir igualmente que sube al templo o a la ciudad de Jerusalén. Es decir para él puede decir Jerusalén o la casa de YHVH. Cuando subieron las tribus de Israel a Jerusalén, subieron a la casa de YHVH. Como hemos leído en Dt 12.4-14, el hecho de que YHVH eligió un lugar singular donde Israel podía ofrece sus sacrificios, la singularidad de lugar fue la fuente del gozo y paz de su pueblo.

Y el resto del Salmo 122 forma un himno que expresa con símbolos y figuras como la ciudad era el fundamento de alegría para Israel. También damos cuenta en la manera que comienza el himno y como termina. Comienza con el peregrino expresando su alegría como individuo. Termina en una oración por todo la congregación de Dios en los vv.6-9. Su alegría le llevó a mira a fuera, fuera de sí mismo por el bien de todo el pueblo de Dios.

Como creyentes tenemos la misma perspectiva como el Salmista porque nos preocupamos por el bien de toda la iglesia. También a continuación vemos que nuestra alegría no tiene su origen en nosotros mismos sino es el fruto de fijar nuestra fe en un objeto. Y el objeto de nuestra alegría determina si nuestra alegría se mantiene firme y aguanta pase lo que pase.

Dios mismo asegura la alegría del Salmista a darle el objeto suficiente para su fe y confianza. Así que el primer detalle que el himno menciona es que la alegría está fundada sobre un fundamento fiel en el v.3. En el v.3 la atención del peregrino se enfoque en la seguridad que el fundamento de Jerusalén representaba para su fe.

A mí personalmente me encanta grandes ciudades como Madrid. Cuando subo a Madrid por A3 y veo la grandeza de la ciudad me ilusiona. Hay tanta actividad y vida. Hay mucha gente y muchos lugares de hace la compra. Pues, para los judíos que subieron a Jerusalén cantando el Salmo 122 su sensación fue diferente.

Para ellos, al mira a Jerusalén desde afuera, se regocijaron por la fuerza y la seguridad que les daba Jerusalén. Allí se sienta el rey en su trono. Se encontraron protección dentro de sus muros cuando habían amenazas. Miramos en el Sal 48.12-14 – Jerusalén representaba a Dios para las tribus de Israel. Sin embargo la nación cayo en pecado y rebelión contra Dios. Dios le envió a la cautividad. Seguramente los fieles aprendieron en la cautividad que Dios no estuvo atado a un lugar sino que estaba también con ellos en Babilonia.

Después de 70 años Dios le restauró a Jerusalén y el templo. Luego vino Jesús al templo, y habló de que destruiría este templo y lo restauraría en tres días. Sus discípulos aprendieron que habló de su cuerpo. Así Jesús asegura la salvación de su pueblo. Así que los Apóstoles anunciaron que nuestra seguridad se encuentra en el Señor (cp Ef 2.4-6).

Ahora el creyente peregrino se levanta sus ojos y mira a Cristo el autor y consumidor de la fe (Heb 12.1-2). Los Apóstoles creyeron que Jesús es el fundamento de la nueva y la mejor esperanza (1 Co 3.11). El templo edificado en el monte de Sion servía para que la fe de su pueblo quedaba fijada en Dios. Así que ahora tenemos un mejor fundamento no hecho de piedras sino a Jesús el fundamento fiel de nuestra salvación.

El segundo detalle que celebra el himno del Salmo 122 es que todo lo que representaron los sacrificios y ofrendas de paz en el culto del templo garantizaron la alegría de los fieles de Israel.

En el v.4 el Salmista se acuerda del culto que daban en el templo. El recuerdo de llevar al templo sus holocaustos, sus sacrificios, sus diezmos, y ofrendas, su votos, sus ofrendas voluntarias, y la primicias de sus vacas y de sus ovejas, y comer allí delante de YHVH, y el regocijo de toda las familias de Israel seguramente llenó a los judío de cautividad gran alegría (véase Dt 12.4-14). Las tribus subieron al templo no por su propia decisión sino porque YHVH les ha invitado. Dice el himno, “Conforme al testimonio dada a Israel” ( véase Dt 12.4-14).

Ahora sabemos que todo el culto del templo tuvo el propósito divino de fijar la fe de Israel más allá de vacas y ovejas hacía su cumplimiento en el Cristo. El Apóstol dice en Heb 9.11-14 que ahora Cristo es el mejor sacrificio por el pecado. Jesús, según Mt 26.26-28, mientras que comían decía a sus discípulos, «Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.»

Así que, YHVH mostraba a su pueblo antiguo bajo figuras para que su fe se fijara en el sacerdocio venidera de Cristo. Ahora, tenemos un mejor sacerdocio que ofreció un mejor sacrificio, Jesús que es el fundamento firme y garantiza nuestra alegría en todo tiempo.

Así que tenemos un mejor fundamento y un mejor sacerdocio en que nos alegramos.

El tercer detalle que celebra el himno de Salmo 122 es el orden civil y el trono de la casa de David. En el v.6 el Salmista canta de las sillas del juicio y los tronos de la casa de David. Cuando un Judío sufrió una injusticia podía subir a la puerta de la ciudad de Jerusalén donde se sentaba los ancianos del pueblo. Estos ancianos juzgaban los casos que sufrían el pueblo. Cuando una situación se presentaba que estuvo de mayor dificultad, el pueblo llevaría su juicio delante del rey. Un ejemplo es cuando las dos mujeres que discutían sobre un niño presentaron su situación delante del rey Salomon en 1 R 3. Así que el orden civil y los tronos de la casa de David aseguraban la justicia para el pueblo. Y esta justicia garantizaba su contentamiento.

Pues, hermanos, ahora tenemos una justicia mucha mejor, Jesús que por su obediencia, por un vida sin pecado, estableció la justicia de Dios para nosotros. Isa 42.1-4 dice, «He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley.»

El Apóstol se regocijó en Ro 3.21-22, «Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,» y en Ro 8.1, «Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.»

Así que tenemos un mejor fundamento, un mejor sacerdocio y una mejor justicia en Cristo Jesus que garantizan nuestro gozo y alegría pase lo que pase. Y cuando nuestra vida está cambiado y fijemos en el fundamento de Cristo, nuestra fe produce en nosotros una alegría que nos lleva a amar a la iglesia de Dios y orar por la paz de todo el pueblo según Salmo 122.8-9.

Que resistamos el pesimismo y dejar que la seguridad, el sacerdocio y la justicia que Dios nos a concedida en Cristo sean el fundamento de nuestra alegría.

Este es las buenas nuevas que la nueva iniciativa de la iglesia protestante en El Ensanche de Vallecas anuncia a todo hombre y mujer; niño y niña.  El mensaje que Jesucristo es el Hijo de Dios que vino para identificarse con los que le aman y para dar su vida en rescate de muchos.

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El Salmo 121 es una joya …

El Salmo 121 es uno de los quince Salmos de ascenso. Dicen que los judíos cantaban estos Salmos cuando subían a Jerusalén para adorara a Dios.

Sin embargo por causa de su pecado, Dios les envió al cautiverio en Babilonia. Aunque servían a Israel durante los reinos de David y Salomón, servían también al pueblo de Judá durante de su cautividad en Babilonia.

Mientras que estuvieron en Babilonia como pueblo de Dios anhelaban volver a Jerusalén y reunirse en el templo. Anhelaban congregarse y dar culto a YHVH. Anhelaban a abrazar unos a otros y dar besos y abrazos y cantar himnos juntos como hicieron antes. Pues, Dios en su sabia, santa y poderosa providencia dio este himno a David ante mano para que cantara su pueblo también en su momento más difícil.

El Salmo 121 servía en los tiempos de la cautividad para fortalecer y establecer la congregación de Judá en la fe común que Dios le había entregado. Los montes alrededor de Jerusalén dieron la sensación de seguridad a sus habitantes. Sin embargo cuando el Salmista alzó sus ojos a estos montes y preguntó, ¿De dónde vendrá mi socorro? Su repuesta fue enfática, “Mi socorro viene de YHVH.”

El Salmista y luego el remanente de Judá no buscaban su socorro en sus circunstancias sino en Dios. Que los montes que podemos ver cerca de Madrid nos recuerden clamar a Dios y confesar juntos que nuestro socorro viene de YHVH.

Fijémonos en lo que el himno dice a continuación, “Mi socorro viene de YHVH QUE HIZO LOS CIELOS Y LA TIERRA.” El Dios que hizo el Pacto eterno con su pueblo, YHVH, quien con su poder hizo los cielos y la tierra, es el socorro de sus hijos. En las Escrituras, el recuerdo de que Dios es Creador fue el estandarte de su pueblo. Isa 37.16 dice, «YHVH de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra.» (Sal 121.2) Tanto en el AT como en el NT los santos confesaron que el Creador de los cielos y la tierra es poderoso para venir al socorro de sus hijos cualquiera que sean sus circunstancias.

Cuando Pedro y Juan estuvieron en la cárcel por haber predicado a Jesús, los discípulos oraron así en Hch 4.24, 29-31, «ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.» Jesucristo, el Señor es Dios.

Así que vemos en los vv. 1-2 (Sal 121.1-2) que Dios es el socorro de su pueblo. Luego en los vv.3-6 vemos que Dios es el guardador de su congregación también. Fijémonos en dos detalles a partir del v.3: 1) la palabra guardar se repite 6 veces en los vv.3-8; 2) hay un cambio de persona entre los vv.1-2 y el resto del Salmo. Los vv.1-2 están en la primera persona mientras que los vv.3-8 están en la segunda persona. Es como si que después de que el Salmista confesara a Dios como su socorro una voz desconocida le respondiese en los vv.3-8 para fortalecerle y establecerle en su confesión de confianza en Dios.

Que seamos nosotros y cada uno esta voz para nuestro hermano de fe. Que cuando confiesa un hermano en medio de su aflicción que Dios es su socorro que le respondamos de la misma manera: Y Dios “no dará tu pie al resbaladero … Sal 121.3-8. Los vv.3-6 enfatizan que Dios es el guardador de su congregación.

Fijémonos. Dios “no se dormirá, no se adormecerá ni dormirá” (vv.3-4). Estás expresiones implican la idea de que Dios está atento en todo momento a todo posible peligro que podamos enfrentar a lo largo de nuestro peregrinaje por este mundo.

Luego en los vv.5-6, “YHVH es tu sombra a tu mano derecha.” El sol ni la luna te fatigarán. El Salmista sabía que su Dios estaba cerca a él y le guardaba en la totalidad de su vida diaria; desde la salida del sol hasta su acaso. Así que todo el día Dios está con nosotros. Así que Dios fue el socorro del Salmista según los vv.1-2 y fue su guardador según los vv.3-6.

Ahora el Salmista testifica también el los vv.7-8 que Dios le preserva. El himno del Sal 121 termina con el cuadro de que YHVH es el eterno guardador. Según el v.7 YHVH es tu guardador; El guardará tu alma. En medio de un mundo caído y lleno de peligros, Dios es poderoso para guardar a sus hijos sin caída (Jud 24). Dios nos guardará en medio de las diversas pruebas de la vida. Gracias a Dios que el Señor sigue cumpliendo su poder para guardarnos hoy.

El autor de Hebreos anuncia en Heb 4.14-16, «Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.»

Así que vive para siempre para venir a nuestro socorro. Pedimos oración unos por otros. Y es importante que oremos unos por otros. Que también seamos conscientes que Jesús vive siempre para intercede por nosotros (Heb 7.24-25).

Estos dos textos de Hebreos nos recuerdan que somos salvos por la fe en Jesucristo, quien se identificó con nosotros siendo encarnado para vivir una vida sin pecado para que podamos ser vestidos con su justicia delante del Padre. Fue crucificado para la remisión de pecado y se resucitó para nuestra salvación (1 Co 15). Por Dios Padre estamos en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría para salvación, justificación, santificación y redención (1 Co 1.30).

Así que el Sal 121 nos testifica de tres verdades:

1) Dios es nuestro presente socorro

2) Dios es nuestro presente guardador

3) Dios nos preserva nuestra salida y nuestro entrada para siempre

Que estas verdades sean nuestro consuelo y que nos sirvan para fortalecernos en la fe y la paciencia al enfrentar a los peligros y a los diversas pruebas de la vida.

Cariñoso Salvador

Otro asilo ninguno hay;

Indefenso acudo a ti;

Mi necesidad me trae, porque mi peligro vi.

Solamente en ti, Señor, creo hallar consuelo y luz;

Vengo lleno de temor a los pies de mi Jesús.

Este es las buenas nuevas que la nueva iniciativa de la iglesia protestante en El Ensanche de Vallecas anuncia a todo hombre y mujer; niño y niña.  El mensaje que Jesucristo es el Hijo de Dios que vino para identificarse con los que le aman y para dar su vida en rescate de muchos.

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Eclesiastés 7.13-14 es una joya …

¿Quién de nosotros puede decir lo que traerá el futuro?Ante el futuro somos impotentes.¿Qué nos traerá mañana? ¿abundancia? ¿escasez? ¿trabajo? ¿paro? ¿prosperidad? ¿adversidad? ¿alegría? o ¿pena? Stg 4.13-17 dice, «Oíd ahora, los que decís: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y pasaremos allá un año, haremos negocio y tendremos ganancia. Sin embargo, no sabéis cómo será vuestra vida mañana. Sólo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. Más bien, debierais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestra arrogancia; toda jactancia semejante es mala. A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado.»

Pues, miramos en Ecl 7.13-14 que dice, «Mira la obra de Dios; porque ¿quién podrá enderezar lo que él torció? En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él.»

Pffff …. pues ¿quién podrá enderezar lo que él torció? ¿Ocurren cosas en la vida que si pudiéramos cambiar las cambiaríamos? Pregunto: ¿A lo mejor sea mediante nuestros enfadados, o con nuestras ansiedades, o nuestra amargura intentemos enderezar lo que Dios torció en nuestra vida?

Pues, cuando dice que Dios tercia, no quiere decir que Dios es malo y obra para fastidiarnos. No refiere a la corrupción política, ni a las injusticias morales que hacen los hombres pecadores. Mas bien se refiere a la adversidad que ocurre en nuestra vida.

Es como dijo nuestro hijo un vez cuando hemos experimentado algo desesperado, “la vida ocurre.”

Ecl 7.13-14 nos exhorta ver nuestra situación, sea recta o sea torcida, como bien hecha y endurecida en la mente de Dios.

1 Co 13.12 dice, «Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.»

La ley, los profetas, los Salmos y los Apóstoles testifican que el Señor dirige en amor según su sabia providencia todas las obras bajo el sol y todo el universo con todos sus misterios. La providencia de Dios es misteriosa y demasiada maravillosa ¿quién la puede entender?

Cuando el Salmista, anunció antemano los sufrimientos del Cristo dijo en el Salmo 118.21-24, «Te alabaré porque me has oído, Y me fuiste por salvación.  La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo. De parte del SEÑOR es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Este es el día que hizo el SEÑOR; nos gozaremos y alegraremos en él.»

La percepción humana de la justicia no es medida según la medida de Dios. Después de sufrir su locura, el rey Nabucodonosor confesó en Dn 4.35, “él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?”

Más bien Dios es su propio intérprete de lo que hace según Isa 45.21, que dice, «proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo el SEÑOR? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí.»

Cuando Dios pregunta, «¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo el SEÑOR?» quiere decir que las obras De Dios desde el principio son desconocido al hombre menos que Dios mismo lo revele.

Existe un himno por Guillermo Cowper que se llama, <Él esconde un rostro sonriente>.

La última estrofa dice, «La incredulidad ciega yerra con toda seguridad, Y escudriña su obra en vano; Dios es su propio intérprete, Y es Él quien nos lo explicará todo.

A la luz de Ecl 7.13-14 pregunto, ¿Quién de nosotros puede decir lo que traerá el futuro?

El Predicador de Eclesiastés quiso que Israel lo entendiera que el futuro es desconocido al hombre bajo el sol (Ecl 3.11; 8.17; 11.5).

Ecl 7.13-14 no ignora el dolor en la adversidad, sino nos llama a considerar … «Dios hizo tanto el día bueno como el día de adversidad, a fin de que el hombre nada halle después de él.»

Job 2.10 pregunta, «¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?»

Si no sabemos lo que el futura será, solo podemos ponernos bajo la mano poderosa y amorosa de Dios y confiar en el Señor a que pertenece el futuro.

El Salmista dijo el siguiente a un pueblo destrozado y llevado a la cautividad lejos de su tierra en el Sal 91.4, «Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.»

Confiamos en los propósitos de Dios, sabiendo que en el peor día, el día en que Jesús fue crucificado, el Dios Padre ha dado esperanza y gozo a muchos.

Pablo dijo en Ro 8.28, «Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.»

y el Predicador dice en Ecl 12.13-14, «El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.»

Este es las buenas nuevas que la nueva iniciativa de la iglesia protestante en El Ensanche de Vallecas anuncia a todo hombre y mujer; niño y niña.  El mensaje que Jesucristo es el Hijo de Dios que vino para identificarse con los que le aman y para dar su vida en rescate de muchos.

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El Evangelio de Marcos 1.1-13 es una joya

 

El Hijo del hombre en acción MarcosEl Evangelio de Marcos 1.1-13 es una autentica joya para nuestra fe.  En ello, Marcos, anuncia quien es Jesucristo.  Nada más que comenzar su evangelio dice: <Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.>  En sus primeras palabras Marcos anuncia varias verdades acerca de la persona de Jesucristo.  En primer lugar, la palabra <principio> nos llama a la atención que con la llegada de Jesús, Dios actuó de nuevo como actuaba continuamente por la salvación de su pueblo desde la creación del mundo (Gé 1.1).  Jesús es ahora su última palabra (cp Heb 1.1-2) y el cumplimiento de su promesa a su pueblo Israel.  En seguido conjunto con lo que dice a continuación, , Marcos declara contundentemente que Jesucristo mismo es el evangelio. El evangelio se manifiesta en él; en su vida, en su persona, y en sus obras.  El hecho de que en la segunda división de su evangelio, Marcos 1.14-8.26, Marcos enfatiza más la persona de Jesucristo y sus obras que sus enseñanzas.  En Marcos llegamos a conocer a Jesús mediante sus hechos más que por sus enseñanzas.  Así conocemos el evangelio de Jesucristo. Luego Marcos termina el versículo uno llamando a Jesucristo   El propósito luego en su evangelio es que el lector, como tú y yo, tiene que decidir por sí mismo a creer en Jesucristo como el Hijo de Dios o no creer en él.

Luego Marcos relata el ministerio de Juan el Bautista en los vv. 2-8.  Tal como presenta a Juan, los primeros lectores judíos le identificarían con el profeta que los profetas Isaías, Jeremías y Malaquías dieron que iba a ser enviado por Dios para preparar su camino.  Es decir, los profetas anunciaron que Dios mismo vendrá a su templo.  Así que vemos que Jesucristo, Hijo de Dios es también Dios.  Juan el Bautista anunciaba que vino para preparar el camino de Dios (vv. 3-4).  Anunciaba también que él que iba a venir después de él, <bautizará con=»» espíritu=»» santo.=»»> (v.8). Según el Antiguo Testamento solo Dios mismo da el Espíritu Santo.  Entonces vemos de nuevo que Jesucristo es Dios mismo hecho carne.</bautizará>

El relato del bautismo de Jesús en los vv. 9-13 destaca todavía más sobre la persona de Jesucristo. El Espíritu Santo descendió sobre él (v.10); una voz del cielo declara que es el Hijo amado (v.11); y más sorprendente es los vv. 12-13 dice que por su experiencia en el desierto Jesús es el verdadero Israel.  Donde Israel siendo en el desierto cuarenta años, pecó, Jesús siendo cuarenta días en el desierto, triunfó.

El versículo 13 termina con un comentario muy curioso y también muy animadora. Dice que en el desierto Jesús <estaba con las fieras; y los ángeles le servían.>  Los primeros cristianos en Roma, a quien Marcos escribió su Evangelio, sufrían a las manos del emperador romano de aquel entonces.  Muchos de ellos fueron echados a las bestias arropados en piel de animales para que los leones les atacaran.  Al comentar que Jesús en su sufrimiento en el desierto estaban con las fieras llama la atención que Jesús identificó con los cristianos en su sufrimiento y está con ellos.  También como los ángeles le servían, también están para servir a los que sufren por el nombre de Jesús.

Este es las buenas nuevas que la nueva iniciativa de la iglesia protestante en El Ensanche de Vallecas anuncia a todo hombre y mujer; niño y niña.  El mensaje que Jesucristo es el Hijo de Dios que vino para identificarse con los que le aman y para dar su vida en rescate de muchos.

 

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La segunda venida

praying-hands-bibleOH HIJO DE DIOS, E HIJO DEL HOMBRE, Tú te encarnaste, sufriste, resucitaste y ascendiste por mí; tu partida no fue una muestra de separación, sino una promesa de regreso; tu Palabra, tus promesas, tus sacramentos, muestran tu muerte hasta que vuelvas.  Tal día no me produce espanto, pues tu muerte me ha redimido, tu Espíritu me llena, tu amor me impulsa, tu Palabra me gobierna.  He confiado en ti y no has traicionado mi confianza; te esperé, y no he aguardado en vano.  Vendrás para resucitar mi cuerpo del polvo y restituirlo a mi alma, por medio de una maravillosa obra de poder y amor infinitos, mayor que la que contiene las aguas del océano, mueve las mareas, mantiene las estrellas en el firmamento y da vida a todas las criaturas.  Este cuerpo corruptible se vestirá de incorrupción, este cuerpo mortal, de inmortalidad, este cuerpo natural será espiritual, este cuerpo deshonrado será glorioso, este cuerpo débil será poderoso.  Triunfo ahora en tus promesas tal como lo haré en su cumplimiento, puesto que la cabeza no puede vivir si los miembros están muertos.  Tras el sepulcro está la resurrección, el juicio, la absolución y el dominio.  Todo acontecimiento y circunstancia de mi vida será ponderado: los pecados de mi juventud, mis pecados ocultos, los pecados para tu deshonra, la desobediencia de tu palabra, los pecados de desechar las admoniciones del ministro, los pecados contrarios a mi conciencia.  Todo ello será juzgado; y, tras el juicio, habrá paz y descanso, vida y servicio, trabajo y disfrute para tus elegidos.  Oh Dios, mantenme en esta fe, siempre a la espera del regreso de Cristo. (El Valle de la Visión)

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¿Qué consuelo te ofrece la vuelta de Cristo para juzgar a vivos y a muertos?

rios-de-agua-vivaQue en todas las miserias y persecuciones, con plena confianza, espero del cielo, como juez, a aquel mismo que primeramente se puso delante del juicio De Dios por mí y alejó de mí toda maldición; el cual echará a todos los enemigos suyos y míos en las penas eternas; y a mí con todos los elegidos, me conducirá al gozo del cielo y a la gloria eterna. (El Catecismo de Heidelberg: enseñanza de la Doctrina Cristiana, pregunta 52)

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